Si Colombia avanza hacia una matriz de generación y consumo más limpia, el uso de hidrocarburos será requerido a futuro.
La matriz de consumo de energía del país es aún mayoritariamente proveniente de fuentes no renovables, como gasolina, diésel y gas. Si bien la generación eléctrica es principalmente renovable, gracias a las centrales hidroeléctricas, el consumo todavía depende más de otras fuentes de energía, derivadas del petróleo.
Ahora, el presidente Gustavo Petro y la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, han señalado que el país debe acelerar la transición energética para que ese consumo pueda ser llevado al uso de fuentes limpias.
Por esta razón, la líder de la cartera de energía ha señalado que en el país no se entregarán más contratos de exploración de hidrocarburos y se incentivará la generación solar y eólica.
Sin embargo, voces del sector han señalado que no existe una dicotomía entre el uso de ambas fuentes. “Todas caben dentro de nuestra matriz porque cada una tiene atributos que contribuyen a que continuemos teniendo un mercado confiable, limpio y eficiente”, explicó Natalia Gutiérrez, presidente de Acolgen.
Asimismo, Gutiérrez explicó que el refuerzo del sistema y la confiabilidad está dado por la generación térmica, con base en gas y carbón. “La generación térmica, que representa el 30% de nuestra matriz ha servido de soporte ante eventos climáticos adversos”, señaló. Esto dado que las plantas de esta naturaleza se encienden para apoyar al sistema cuando las hidroeléctricas no están produciendo en su capacidad total.
En el caso del consumo, por ejemplo el gas es muy relevante, dado que es el energético usado por los hogares así como para la movilidad. Al ser este un tipo de hidrocarburo se vería afectado por la no exploración. Luz Stella Murgas, presidente de Naturgas, afirmó que este energético, junto a las energías renovables no convencionales se “convierten en la opción más relevante de la matriz energética para los próximos años”.
De hecho, resalta que el gas es considerado un energético verde para hacer la transición y permite dar confiabilidad, a la vez que disminuir las emisiones del país mientras se encuentran alternativas más amigables con el medio ambiente.
El hidrógeno verde es considerado una de esas opciones, dado que ni su producción ni su uso generan gases de efecto invernadero y se puede almacenar para ser usado para producir energía o para consumo industrial. “Esta versatilidad lo vuelve un elemento clave en la transición energética”, afirma Mónica Gasca, presidente de Hidrógeno Colombia.
Señala que a 2050, este energético puede representar cerca de 10% de la matriz de generación y su uso en otros procesos significaría que se dejen de emitir 14 millones de toneladas de CO2. Los expertos dicen que si bien la matriz debe buscar ser más limpia, esto no significa que los combustibles fósiles no permitan hacer la transición energética. De hecho, aseguran que el país va a seguir necesitando de estos en gran medida.
Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleos (ACP), aseguró que si bien el país apunta a tener mayor número de vehículos eléctricos, no se lograría la meta trazada de 600.000 a 2030 y además el número de vehículos que usan combustibles fósiles será mayor a 50 millones, con lo que la demanda de derivados del petróleo será importante.
Un informe de la vicepresidencia de Asuntos Económicos y Regulatorios de la ACP estimó que incluso a 2050 los combustibles líquidos serán la mayor participación en la demanda para la movilidad. Por eso, aseguran que si bien se debe hacer una transición, esta debe contemplar varios pilares, como la relevancia de los hidrocarburos, mientras que se promueve el uso de transporte limpio y la matriz energética crece para cubrir esa potencial demanda adicional. Por esto asegura Lloreda que de detenerse la exploración, la consecuencia sería que se dependa de la importación de estos combustibles, lo que representa una mayor contaminación y que el precio crezca.
Los líderes aseguran que el país debe promover la compensación de emisiones, la mayor electrificación por medio de fuentes renovables a la vez que mantener la autonomía energética. Esto permitirá que se brinde un servicio estable, autónomo y a precios competitivos que lleven a una constante disminución de la pobreza energética. Por ende, la diversidad en fuentes de energía será fundamental.
Compromiso de emisiones
El Gobierno Nacional se comprometió a reducir las emisiones del país en 51% y ser net zero para 2050. Para esto se estableció una serie de factores prioritarios que permitirán llegar a esta meta.
La primera de estas prioridades hace referencia al fortalecimiento del conocimiento; seguido de la gestión de la biodiversidad, la producción y consumo sostenible, la transición justa de la fuerza laboral en sectores desincentivados, el desarrollo rural, las ciudades sostenibles, una matriz energética diversificada, movilidad e infraestructura sostenible y adaptación de la población y el sistema de salud ante eventos relacionados con el cambio climático.
Con estos pilares, el Gobierno estimó que con estos puntos se podría ser carbono neutral. A esto se suman las estrategias del sector privado que está trabajando por este objetivo.